El guión de una obra maestra del cine francés. Una pieza esencial para profundizar en el periodo de la Ocupación como gran tema modianesco.
Junio de 1944, Francia sigue ocupada por los alemanes. El joven campesino Lucien Lacombe, cuyo padre está prisionero en Alemania, intenta ingresar en la Resistencia, pero es rechazado por un cabecilla local. Cuando poco después lo detiene la Gestapo, denuncia a la persona con la que había contactado y los invasores no tardarán en reclutarlo. Ajeno a debates morales, no le hará ascos al uso de la violencia si eso le ayuda a sobrevivir. Pero su vida dará un nuevo vuelco cuando inicie una relación sentimental con la hija de un sastre judío...
Patrick Modiano coescribió el guión de Lacombe Lucien con el director Louis Malle, cuya anterior película, Un soplo en el corazón, lo había convertido en un cineasta polémico al abordar el tema del incesto. Con esta nueva obra redobló el escándalo, porque tocaba un tema aún más tabú: el de la verdadera magnitud del colaboracionismo en la Francia ocupada, un asunto espinoso que el discurso oficial urdido por De Gaulle había puesto especial empeño en reducir a unos pocos garbanzos negros debidamente purgados.
Modiano y Malle construyen un personaje brutal y amoral, un puro superviviente que no es ni héroe ni villano, e indagan en el fascismo como realidad cotidiana y en la perturbadora banalidad del mal.
Estrenada en 1974, Lacombe Lucien fue el debut de Modiano como guionista. Desde entonces, su relación con el cine ha sido escasa, pero en 2003 coescribió la notable Bon Voyage de Jean-Paul Rappeneau, de nuevo con la Francia ocupada como escenario, aunque en este caso en un tono tragicómico con tintes de farsa. La reincidencia no es casual, ya que el periodo de la Ocupación es uno de los territorios esenciales de la narrativa de Modiano. Y por lo tanto este guión que ahora presentamos no es una mera obra de encargo, circunstancial o menor, sino que ocupa un lugar de privilegio en el corpus literario modianesco.