Una granja en el campo, el calor del fuego y unas maravillosas vistas… Era el lugar perfecto para una velada romántica. Y, sin embargo, Adele y Nick Hughes habrían preferido estar en cualquier otro lugar. Su matrimonio estaba acabado y ninguno de los dos creía que hubiera la menor posibilidad de recuperarlo. Pero allí, en aquel romántico escenario, se dieron cuenta de que no podían resistirse al deseo que siempre habían sentido el uno por el otro…