Como jefa de policía del pueblo, Meg McKee mantenía la paz en Sweet Creek. Pero para Ethan Red Wolf, Meggie era algo más que una eficiente agente de la ley, era su alma gemela, el primer amor del que había huido creyendo que nunca sería digno de ella.
La vida de Meg no había salido como ella había previsto. Su matrimonio se había venido abajo después de que ella venciera al cáncer de mama y su hijo adolescente no paraba de hacer gamberradas… en las tierras de Ethan. Lo único que Meg sabía era que con sólo ver a Ethan su corazón levantaba el vuelo como las águilas que habitaban aquellos cielos…