Si el astrofísico Neil DeGrasse Tyson está en lo correcto, vivimos en una simulación por ordenador creada y manejada por “algún chico mocoso que está sentado frente a su ordenador en el sótano de sus padres en una civilización extraterrestre”. En este libro, “El Chico” nos habla del planeta Apex y de cómo se polarizó enormemente con el tiempo hasta parecerse muchísimo a lo que nuestra Tierra es hoy. Tan polarizado, que al final la guerra nuclear hizo inhabitable la superficie del planeta, lo que forzó a su población humanoide a meterse bajo tierra; allí pasaron por cambios drásticos en sus cuerpos y perdieron la capacidad de sentir emociones. La guerra nuclear provocó también que Apex cambiara de posición en nuestra galaxia y terminase en la constelación Zeta Reticuli. Cuando los de Zeta Retículi regresaron de nuevo a la superficie, empezaron el proceso de intentar recuperar la capacidad de sentir, y los Poderes Fácticos solicitaron también la ayuda de los chicos más jóvenes. Como proyecto científico, El Chico (de trece años terrestres de edad) creó una simulación ancestral de Apex, que empezaba alrededor de 1940, y la llamó Tierra. Por medio de esta simulación, los Zeta Retículi esperaban encontar respuestas para su propio futuro en peligro, y a su vez ayudar a los terrícolas a a evitar la misma destrucción nuclear que experimentó Apex.