El 16 de agosto de 1936, Federico García Lorca fue detenido y unos días más tarde fusilado en el barranco de Víznar, en Granada. Su cuerpo nunca fue encontrado. Se cree que por esos días trabajaba en los Sonetos del Amor Oscuro, al igual que en La casa de Bernarda de Alba. Federico García Rodríguez, padre del poeta, recogió los manuscritos que su hijo guardaba en casa y, poco antes de emigrar a Nueva York, los depositó en una caja fuerte del Banco Urquijo, donde permanecieron hasta muchos años después.