Existe una gran necesidad de obreros que ministren libertad a los cautivos espirituales porque es un precioso regalo que nuestro salvador Jesús pagó a muy alto precio.
Durante mis años como ministro de liberación he conocido personas de todas partes. Algunas me han dicho: -“cuanto quisiera que usted viniera a mi ciudad porque no conozco a nadie que haga lo que usted hace”. Mi respuesta es siempre: -No soy yo que lo hace, es Jesús el que liberta: yo soy solo la vasija que El utiliza.
A todos aquellos que claman a Dios por su libertad espiritual pero no saben cómo, ni dónde comenzar; ofrezco esta obra como una brújula que los guie a salir de cárceles espirituales y a hacer lo mismo por los suyos.
Ruego al Espíritu Santo que sea su guía para descubrir las legalidades que el maligno usa para mantener a los hijos de Dios en cautiverio, ruego a nuestro salvador Jesús para que quebrante todo yugo y ruego al Padre para que mande el espíritu de revelación y sabiduría a la vida de usted, estimado lector, para que mientras usted avanza en cada página de este libro los ojos de su entendimiento sean alumbrados y la lámpara de la palabra guie sus pasos a la libertad.
Como creo 100% en las “diosidencias”, creo que este libro está en sus manos, no como un accidente, sino porque usted (o alguien que lo ama) clamó y el Padre oyó. Lo bendigo en el nombre de Jesús. Espero escuchar su testimonio.