Ryan Storm era un magnífico hombre de negocios, pero un auténtico desastre como padre. Como su hija Mariah ansiaba tener una madre, Ryan contrató a una niñera, lo más parecido a una figura materna que pudo encontrar.
Kelsey Mason, viuda y embarazada, no era el ideal que Ryan tenía de una niñera, pero en cuestión de horas, Kelsey se ganó la adoración de Mariah.
También Ryan cayó bajo el hechizo de Kelsey y cedió ante su insistencia de que trabajara menos y dedicara más tiempo a su familia… una familia que podría llegar a ser excepcional si Ryan se decidiera a volver a abrir su corazón.