¡Nadie esperaba que la mujer que había entrado en el despacho de PJ Antonides fuera su mujer! Ally sólo había vuelto por una cosa: para que él firmara los papeles del divorcio. Sin embargo, PJ no estaba dispuesto a firmar nada; no quería admitir que Ally ya no formaba parte de su vida. Cuando la atracción que había habido siempre entre ellos se hizo patente, comprendió que todavía podía hacerla suya...