La deseaba y no pararía hasta conseguirla… ¡aunque tuviera que casarse con ella! Maisie Burns era una buena persona con poca experiencia del mundo, pero eso no impedía que el empresario Blaine Morosini la deseara. Maisie desconocía por completo el efecto que causaba en el enigmático italiano; se creía demasiado corriente como para se fijara en ella un hombre como él. Pero cuanto más tiempo pasaban juntos, más crecía la atracción que había entre ellos. Aunque Blaine siempre había creído que nunca desearía ningún tipo de compromiso con una mujer, había empezado a darse cuenta de que, si quería estar con Maisie, tendría que dejar atrás su vida de mujeriego… y convertirla en su esposa.