Lady Adelaide había prometido que nunca se casaría, nunca permitiría que ningún hombre se apoderara de ella o de sus tierras. Al llegar a la corte del rey tuvo que esquivar a multitud de cazafortunas, pero un día acabó en los brazos de un valiente caballero y empezó a replantearse su solemne promesa. Para rescatar a su hermano, Armand de Boisbaston necesitaba una esposa rica dispuesta a ayudarlo, pero el destino le había enviado a lady Adelaide, una mujer que aseguraba huir del matrimonio, pero cuyos labios decían algo muy diferente. Las peligrosas maquinaciones que los rodeaban los unieron en una aventura tan apasionada como el deseo que no dejaba de crecer en ellos…