Extraños en el altar
El deber le obligaba a no ceder a los dictados de su corazón
La princesa Isabella estaba convencida de tres cosas:
Por nada del mundo quería casarse con el jeque al que la habían prometido.
El hombre que debía escoltarla hasta el altar ocultaba algo más de lo que mostraba su duro aspecto.
Después de besar a ese hombre, no volvería a ser la misma.
El noble francés
Después de una noche de pasión, se había quedado embarazada del conde…
Gwen había ido a Francia a perseguir su sueño como chef, dispuesta a matarse trabajando antes de regresar al seno de su familia. Pero ni siquiera toda su determinación pudo conseguir que se resistiera a la intensa mirada de Etienne Moreau… Después de una noche de pasión, Etienne quiso convertirla en su amante, pues era el antídoto perfecto a su refinada existencia. Pero Gwen se sintió indignada con la oferta. Tal vez Etienne pensara que podía comprarlo todo con su dinero, ¡pero ella no estaba a la venta! Sin embargo, ninguno de los dos contaba con algo inesperado…
Oscuras emociones
Su inocencia era un tesoro del que nunca podría cansarse
A Sergei Kholodov le asombraba la inocencia de aquella turista estadounidense a la que había ayudado, pues a él la vida lo había transformado en un hombre cínico y amargado.
Detestaba el tremendo efecto que tenía sobre él, y por eso Sergei tomó la fría decisión de dejar a un lado sus emociones… Se dejaría llevar por el placer y la pasión antes de apartarla de su lado y destruir sus sueños.
Pero Sergei volvió a aparecer un año después. No había podido borrar a Hannah de su memoria y creía que quizá pudiera olvidarla por fin si pasaba una noche más con ella. O quizá quisiera más y más…