¡El precio de salida por la virginidad de Julia Prentiss eran quince mil libras!
Decidida a no someterse a un matrimonio forzado, Julia no veía otra solución que arruinar su honra. El libertino Paine Ramsden tenía fama de no andarse con escrúpulos a la hora de seducir almas inocentes, así que quizá él podría ayudarla en su… apuro.
Sin embargo, pese a que ciertamente Paine era merecedor de aquella reputación, Julia era una joven tan increíblemente pura que una sola noche con ella bastó para arruinarlo a él. La recién descubierta sensualidad de Julia despertaría en él sentimientos con los que no estaba en absoluto familiarizado.