La vida del agente de policía Jack DeRosa era un desastre. Después de una larga baja, lo único que le podía devolver su prestigio profesional era tener éxito en su próximo caso: investigar a una cuidadora de animales. Ya de incógnito, Jack se enfrentó sin demasiados problemas a los perros, y a los gatos que lo arañaban todo el tiempo; pero, con solo echar un vistazo a la guapísima sospechosa, se dio cuenta de que aquel caso no iba a resultarle tan sencillo...