Taylor Pryce podría haber sido descrito como un soltero empedernido. Le encantaban las mujeres y le gustaba ser libre... Hasta que apareció en su vida un niño llamado Justin, un sobrino que jamás había sabido que tenía. El problema era que a Justin lo cuidaba otra persona.
Brooke Davenport lo había adoptado dos años atrás, creyendo que era un huérfano solitario. El niño había crecido y se había convertido en un pequeño adorable, con el pelo oscuro y los ojos verdes... ¡exactamente iguales a los de su tío!
Taylor quería recuperar a su sobrino, y todo lo que tenía que hacer era persuadir a Brooke de que era el padre perfecto para él y el marido ideal para ella.