Nada más ver a aquel guapísimo hombre en medio de la playa, Tracy Richards recordó lo que era el deseo. Sus amigas aseguraban que tenía que averiguar quién era aquel tipo, ¡así fue como nació el club de Las Buscadoras de Hombres!
Paul Sanders, el misterioso hombre, tenía unos planes muy concretos que seguir, pero Tracy era una distracción demasiado poderosa, de hecho era la distracción más sexy que había visto en toda su vida. Podía correr... pero no podía ocultar su... entusiasmo.