Las cosas buenas sí que llegan en dosis pequeñas…
Lee sabía que tenía una vida muy cómoda en Aspen. Un buen trabajo como instructora de esquí, un apartamento al lado de las pistas y una aventura con su nuevo compañero de trabajo, Mac Wheeler. Era guapo, atlético y sexy; y después de esquiar lo pasaban muy bien.
Pero no se suponía que fuera a ser algo serio. Así que cuando se quedó embarazada, sus planes cambiaron de un día para otro: volvió al Estado de Nueva York para trabajar en el hotel familiar con sus hermanas. Sin embargo, el auténtico shock fue que Mac la siguiera. Sí, más de tres mil kilómetros, para… ¿qué? "¿Discutir?" Seguro. "¿Ser papá?" Lo parecía. "¿Ser esposo?" Imposible saberlo.